La autolisis o la maquinación del verbo
De repente fue lunes y el mes de abril robado de antemano. Podía ser, según algunos, que los gintónics de más pasaran factura hepática. Sin embargo, los clásicos aseverarían (y los clásicos rara vez errarán) que los humores andaban estancados. La primavera por cobrar repite ahora insistentemente: dos meses. ¿Hoy es...? Dos, nueve, cifras universales, olímpicas, terráqueas o acuarianas: la realidad, caleidoscopio manejado por un necio, marea de tarde en tarde.
Así te levantas, resquebrajada por sueños demasiado reales, aburrida del mismo día que has manejado tantas veces, abducida por el sofá, harta del sudoku (nivel fácil) y de los si naturales. Podría ser que mañana no fuera, pero ayer tampoco. Siempre quedará un café, una sonrisa, un resquicio de rutina energética dentro de lo cotidiano.
Él siempre fue agnóstico, prefiere bailar una polka desnudos o vestirse con tu ropa interior. Mas tanta repetición ritual del vacío termina por calarle los tuétanos. Colecciona pesadillas y obsesiones, duda en la elección de unos calzoncillos, y hasta le parece que su incipiente calvicie se ha desmelenado definitivamente. Los diálogos con el espejo son lentos y parsimoniosos; por única conclusión, lágrimas de cristal. Siempre mejor esa almohada
Así las cosas, se siente y empieza por el final: fue lunes y de repente. Pero toda distima trasluce, de modo que hurga en el manual de su consciencia. Desconoce la evidente paradoja de un cerebro pensándose a sí mismo. De tanto escarbar, las uñas se enclavan en sus meninges. Ya sin manos para pensar ni cerebro para tocarla, le quedará el consuelo de haber dejado sus vísceras desparramadas por escrito.
Y en la culminación del sacrilegio, ninguna expiración recuerda ya qué fue del lunes 29...
Así te levantas, resquebrajada por sueños demasiado reales, aburrida del mismo día que has manejado tantas veces, abducida por el sofá, harta del sudoku (nivel fácil) y de los si naturales. Podría ser que mañana no fuera, pero ayer tampoco. Siempre quedará un café, una sonrisa, un resquicio de rutina energética dentro de lo cotidiano.
Él siempre fue agnóstico, prefiere bailar una polka desnudos o vestirse con tu ropa interior. Mas tanta repetición ritual del vacío termina por calarle los tuétanos. Colecciona pesadillas y obsesiones, duda en la elección de unos calzoncillos, y hasta le parece que su incipiente calvicie se ha desmelenado definitivamente. Los diálogos con el espejo son lentos y parsimoniosos; por única conclusión, lágrimas de cristal. Siempre mejor esa almohada
Así las cosas, se siente y empieza por el final: fue lunes y de repente. Pero toda distima trasluce, de modo que hurga en el manual de su consciencia. Desconoce la evidente paradoja de un cerebro pensándose a sí mismo. De tanto escarbar, las uñas se enclavan en sus meninges. Ya sin manos para pensar ni cerebro para tocarla, le quedará el consuelo de haber dejado sus vísceras desparramadas por escrito.
Y en la culminación del sacrilegio, ninguna expiración recuerda ya qué fue del lunes 29...
posted by I M Q at 3:07 p. m.
3 Comments:
Quin poder més terrorífic tenen els calendaris, les esperes, els desitjos, els projectes. Totes aquelles coses que porten un engrantge lligat al temps però que portem a sobre cada dia. I adonar-se que les coses s'acaben perquè també comencen no són deures fàcils de fer. Però llegir-te desbudellant-te, vomitant sense abusar del drinkin', és segur´un bàlsam per a tu i, mestre, un luxe per a mi.
jolines juaquín!! yo aquí en pleno apojeo de estudio de medicina legal y miro tu blog por romper con el hastío de una tarde, meteorológicamente perfecta en la que decido haciendo uso de toda la determinación de la que soy capaz, que voy a pasar encerrada entre las 4 paredes de cristal de la biblioteca del clínico, pasadas unas horas de estudio en fase crepuscular, haciendo gala de lo que significa la "anestesia emocional" y me encuentro con este derroche de valentía ideológica y autoanálisis... m'has matat!! eres un monstruo! un peto!!
Laurinha laurinha, de agradecer serían unas poquitas comas entre frase y palabra, con la humilde finalidad de darle respiro al lector (aire) y permitirle que sobrevuele las páginas con cierta solvencia. (punto) Un besito chiquita, nos cruzamos en alguna coincidencia.
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