divendres, d’agost 24, 2007

Aforismes (VI)

TEMPTACIÓ: Buscar l'excusa qualsevol per tornar a ser el mateix de sempre.

1 Comments:

Blogger Laurita said...

TENTACIONES: TODAS
Llevaba una semana trabajando en demasía, abusando del café y del ibuprofeno, durmiendo poco y lidiando en sueños con sus fantasmas. Aquella mañana la primera en que había madrugado decidió que ya que estaba iría a la facultad y imprimiría algunas cosas pendientes. Allí las viejas caras, sonrisas a medio-terminar… Le sorprendió lo poco que las cosas cambiaban, pues en aquella sala donde había pasado tantas horas el tiempo parecía haberse detenido. Hablando con uno de esos compañeros que destacaba por su sensatez, le sorprendió lo rápidamente que le preguntó respecto a “él”… casi no supo reaccionar, también le sorprendió que le dijera que a él le sorprendió mucho porque ya sabes “él” es tan y hizo un gesto con las manos que ella interpretó como dispersión, o volatilidad y añadió “ya sabes de flor en flor”.
Terminó de hacer lo que había ido a hacer, invadida por una especie de pesadumbre interior, llevaba varias noches durmiendo realmente mal y con acidez, como para oír ciertos comentarios… Casi mecánicamente fue a leerle en un intento de sentirle cerca por un momento, y realmente fue gloriosa la comprobación de cómo el destino se confabula en contra nuestro.
Cansada de sentirse tan cansada se fue a casa, pensando, tratando de concentrarse en la cantidad de cosas que le quedaban aún por hacer ese día…al llegar a casa saltó sobre el teclado para “vomitar” lo que sentía.
…No serían capaces de ir más allá, ambos eran demasiado egoístas, se habían acostumbrado a convivir en su soledad, sólo con ellos mismos y por tanto habían perdido la costumbre de pensar en los demás, de compartir sus metros cúbicos de aire.
De la relación con el sexo opuesto disfrutaban de la seducción y la conquista, del calor de la batalla, de sentir el acero frío en el gaznate… pero no tenían ni idea de qué había que hacer después, con los territorios conquistados. Eran demasiado sensibles a la belleza, intolerantes a la rutina, volátiles como el alcohol del que tanto les gustaba abusar. Su reino era el de las palabras, no el de los hechos, demasiado a menudo se traicionaban a sí mismos. Él no confiaba ya ni en sus propias palabras , no firmaba por hoy y mucho menos por mañana. Ella vivía construyendo pirámides para el día del entierro y aprendiendo a olvidarle cuando aún no había aprendido a vivir a su lado.
Y a pesar de eso, sentía que quería compartir sus pensamientos con él, porque aún sentía que él era de las pocas personas que podían comprenderla. Le envió sus palabras, aún sabiendo que terminarían por descorazonarse de aforismo en aforismo.

12:21 p. m.  

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